Raja Gosnell firma con esta adaptación en imagen real de 'Los pitufos', la primera ocasión en la que estos populares personajes dan el salto ya sea a la pequeña o a la gran pantalla en una producción que no es 100% de animación, la que sea posiblemente su mejor película. Claro es que decir que la mejor película de alguien que acumula a sus espaldas títulos tan poco recomendables como son 'Solo en casa 3', 'Nunca me han besado', 'Esta abuela es un peligro', 'Scooby-Doo', 'Scooby-Doo 2: Desatado', 'Mios, tuyos y nuestros' y 'Un chihuahua en Beverly Hills' no es decir mucho...
...por no decir que más bien nada, por lo que es una afirmación que ha de cojerse con pinzas y mucha precaución, especialmente por parte de aquellos a los que la ausencia de vástagos les otorgan el privilegio de tener elección.
La contratación de un simple asalariado como Gosnell, realizador al que el término cineasta le queda tan grande como a mí el de novelista por el mero hecho de firmar una crítica, ya deja bien a las claras las intenciones de sus responsables por no esforzarse más de la cuenta y ofrecer un título que de emblemático tenga más bien poco. Así, y más allá de la posible simpatía que puedan despertar sus por otro lado genialmente animados personajillos azules, 'Los pitufos. La película' viene a ser la producción netamente industrial que cabe esperar, un pasatiempo funcional eminentemente infantil al que, por lo menos, cabe agradecerle el mérito de resultar ejemplar, efectivo y eficiente en su cometido de entretener a los más pequeños sin necesidad de aburrir a los más grandes.
Hace ni una semana que entre medias de tantos y tantos anuncios televisivos pude entrever junto a un compañero la que se hace llamar 'Encantada: La historia de Giselle', clásica y olvidable producción de Disney que sorprende por su excelente reparto, muy por encima de lo que al final termina por ser una idea sin pulir puesta en práctica sin mucho ánimo y poco interés por darle forma más allá de la necesaria para venderla en su correspondiente tráiler. En fin, el caso es que con apenas cinco minutos de metraje uno ya sabía perfectamente cómo y de qué manera se iba a desarrollar por completo la película, una de esas producciones del montón y sin ánimo por sobrevivir en el recuerdo cuyo visionado se fundamenta en la necesidad de no tener nada mejor que hacer y la esperanza de que al menos los chistes, los personajes o cualquier otra cosa resulten lo suficientemente simpáticos como para sobrevivir a su visionado, lo suficiente al menos como para no permitir que la conversación entre los espectadores, léase en este caso mi compañero y yo, derive en un intento de mordaz e hiriente crítica constante nunca beneficiosa para otra cosa que no sea reírse de. Y puede que 'Encantada' logre sobrevivir por su reparto, pero he aquí que no estamos hablando de ella... o puede que indirectamente sí lo estemos haciendo.
¿Por qué dedicar buena parte de la crítica de 'Los pitufos' a otra del estilo a 'Encantada'? En primer lugar por simple pereza, porque no tengo mucho más que decir sobre ella y no me apetece rebuscar en los más oscuros rincones de mi ingenio para tratar de hacer mella en esa peligrosa tendencia mía por encontrar 500 palabras para lo que no merece la pena gastar más de 100; y en segundo lugar porque al fin y al cabo a 'Encantada' la tengo tan reciente que aun la recuerdo como para decir que es una película tan del montón como lo puede ser 'Los pitufos', dos producciones muy similares en cuanto a sus intenciones y resultados a las que hay que enfrentarse con la menor de las expectativas, y si acaso como parte de la penitencia a cumplir por tener el valor de traer a un enano a un mundo como el nuestro. Puede que por la ausencia total de expectativas o por la simpatía que me despiertan los pitufos, tanto en sí mismos como en su concreción sobre la pantalla, haya sido capaz de encontrarle la gracia a lo último de Sony Pictures Animation, cuya participación considero fundamental a la hora de extraer de un director como Raja Gosnell algo de interés, especialmente dado el buen resultado de su historial hasta ahora con la genial 'Lluvia de albóndigas' a la cabeza. O puede que simplemente la tenga porque la tiene, por qué no, y sus responsables han sabido reutilizar la formula con algo de maña y buena letra.
Porque 'Los pitufos. La película' puede ser del montón, simplona o predecible, depender de ese guión del que todo estudio tiene una copia y que se reutiliza una y otra vez sin vergüenza alguna en el que nada de lo que se cuenta tiene trascendencia alguna, puede tener algún que otro momento que confunde lo infantil con lo estúpido, puede sortear la lógica en un millón de ocasiones de tal manera que la coherencia dramática sea un mito equiparable a la Atlántida, puede no escapar de esa irritante tendencia hacia lo convencionalmente moralista de sus ideales extraídos del interior de una galletita de la suerte... y así podríamos seguir sin tener la necesidad imperiosa por negar nada de esto. Pero cabe reconocer que al menos en esta ocasión el encargo, trámite, gestión o como se quiera llamar está resuelto con ritmo, rapidez y sobre todo simpatía haciendo de ella una producción que resulta tremendamente efectiva en su cometido de no ser nada del otro mundo sabiéndose, además, que no es nada del otro mundo. Puede que no sea pitufante pero tampoco resulta pitufosa a pesar de un Gargamel pasado un tanto de rosca al que Azrael le gana la mano con una expresividad que para sí quisiera algunos actores herederos del método Kuleshov. Y encontrar una producción para los más pequeños que esté a la altura de los más grandes no es cosa pitufa...
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