Rubia, de ojos verdes y delgada. ¿Típica película norteamericana? En la forma sí, pero no en el contenido. Hablamos de Enredados, la última creación de Disney, una comedia musical que pretende recuperar el género que una vez la factoría de Walt dominó.
Walt Disney controló el género musical de la animación durante el siglo pasado. Sin embargo, en el nuevo siglo la compañía ha apostado por otro tipo de películas donde la musicalidad argumental jugaba un segundo plano y se centraba en contarnos un guión bien definido.
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Con Enredados, la película de animación número 50 de la historia de Disney -respecto a largometrajes; cortometrajes se cuentan a centenares-, la compañía pretende sacarse esa espina clavada con una historia típica donde chica conoce a chico y son felices a ritmo de musical. Basada en la historia escrita por los hermanos Grimm, la originalidad de Enredados radica en el sentido del humor del que goza, que gustará tanto a adultos como a los más pequeños de la casa.
Dirigida por Byron Howard (Bolt) bajo el guión el Nathan Greno (Descubriendo a los Robinsons), Enredados es un alarde de técnica en el mundo de la animación digital. La historia narra como Flynn Rider, un pícaro ladrón de poca monta -y bastante preocupado por su imagen-, se enconde en una misteriosa torre mientras huye de los guardias reales -tras haber robado la corona real-. En esta torre establece ‘amistad’ con Rapunzel, una chica rubia, de ojos verdes y delgada -sí, como las norteamericanas- que nunca ha salido de la torre y que tiene una peculiaridad: cuenta con una cabellera de 21 metros de longitud. A partir de aquí comienza esta historia que hemos descrito como un alarde de técnica por parte del equipo desarrollador, y es que la melena de Rapunzel está compuesto de más de 100.000 pelos individuales y fue necesario crear un software específico para modelarlo -así como varias ‘modelos’ con pelo largo para ver los movimientos a cámara lenta.
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